Una de las situaciones importantes que
viven los padres separados sin importar si lleva poco o mucho tiempo de haberlo
hecho, es el momento en que deciden iniciar una relación de pareja con otra
persona.
Por lo general, independientemente de la
edad de los hijos, este es un momento especial, donde casi siempre hay choques,
retrocesos, dificultades… y los padres que han decidido tener esa nueva
relación, se preguntan si deberían dejar esta nueva relación o ignorar el
comportamiento de sus hijos.
Lo primero que podemos entender, es que los
hijos, de cualquier edad, siempre, SIEMPRE tienen en el fondo la esperanza
oculta de que sus padres vuelvan a estar juntos y ser una “familia”, de eso se
ha encargado la sociedad, las familias que ven a su alrededor, pero sobre todo,
su deseo de tener a las personas que más ama, juntas, en el mismo lugar,
entregándose amor entre ellas. Eso es inevitable, porque la familia es lo
primero que les brinda a ellos protección y es apenas natural que ellos deseen
sentirse totalmente protegidos y amados y no fragmentadamente protegidos y
amados…
Lo que sucede es que entonces, algunas
veces ellos parecen “aceptar” la separación de sus padres y estar tranquilos,
pero esa aparente aceptación se viene al piso cuando ven que su última
esperanza se ha perdido porque ya ha llegado un “intruso” o “intrusa” a la vida
sentimental de sus padres… Ese es el primer choque que debe enfrentar un padre
cuando inicia una relación de pareja con otra persona. ¿Qué hacer ante eso?
Permitirles vivir nuevamente su duelo, que puede presentarse con retrocesos, es
decir, que se haga chichí en la cama, que empeore en el colegio, que se ponga
de mal genio, etc. Y hacerlo con mucha paciencia, recordando que es su duelo,
una situación difícil e inesperada para ellos, porque su última opción ya no
existe…
Como segundo paso, jamás, NUNCA! Forzar al
hijo a aceptar y mucho menos “amar” a esa persona, puede ser que eso se tome
mucho tiempo, y en ese caso debemos recordar la historia del zorro y el
principito… “…- Hay que ser muy paciente
– respondió el zorro. – Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en
la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos.
Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca…” Podría asegurarte que al
menos, lograrás que acepte a esa persona, solo con un poco de tiempo, de
respeto por su espacio, por sus ideas, sus costumbres, etc. Claro que Pilas!!! Sin
hipocresías y tampoco se trata de ceder ante las pataletas ni las
manipulaciones… El papá o la mamá, deben estar atentos a dar su lugar a su hijo
pero también a su nueva pareja, a tener momentos a solas con el hijo, pero también
a alimentar la relación de pareja. Y es normal que sea víctima de
manipulaciones y reclamos, pero esto, con paciencia, también pasará…
Paso siguiente, por favor, no le pidas que
le diga “papá” o “mamá”, si eso sucede,
que sea iniciativa de tu hijo, porque la convivencia y la buena relación lo
llevó a esto, pero no por presión y menos por temor.
Como recomendación adicional, te sugiero
que revises bien la persona que vas a presentar a tu hijo como pareja, pues
tampoco es fácil para ellos aceptar que cada mes sea una nueva persona, así
como tampoco que sea una persona con la que ellos perciban que tu no eres
feliz, pues para ellos ante todo, es importante tu felicidad y pueden detectar
si lo estás siendo o no. Y como dice el dicho: “El que quiere el perro, quiere
la chanda…” Tu jamás dejarás de ser padre o madre, si alguien te ama a ti, al
menos estará dispuesto a aceptar a tu hijo como parte de tu vida y a entender
que tienes momentos de ser padre o madre (eso incluye compartir algunos
espacios con el otro padre de tu hijo!) y que no serás únicamente su pareja.
Y finalmente, creo que todos tenemos en
nuestro imaginario la idea de lo que significa una “madrastra” o un “padrastro”,
la primer idea de la de la malvada madrastra de blanca nieves o de todos los
cuentos… así que ni lo intentes! Mejor elimina esa palabra de tu vida familiar,
porque esa palabra apenas con escucharla, hace que la relación empiece a ser difícil
y porque tu pareja no será el reemplazo de su mamá o papá.
Formar una nueva relación de pareja, es un
reto del que puedes salir victorioso, todo depende de la paciencia y la
seguridad que tengas y del amor que por encima de todo, le hagas sentir a tu
hijo.
Un abrazo,
LUZ NERY CORTÉS G.
Educadora/terapeuta
Coordinadora Liceo Montessori Home&School