martes, 25 de octubre de 2016

EL NOVIO DE MAMÁ (O LA NOVIA DE PAPÁ!)

Una de las situaciones importantes que viven los padres separados sin importar si lleva poco o mucho tiempo de haberlo hecho, es el momento en que deciden iniciar una relación de pareja con otra persona.
Por lo general, independientemente de la edad de los hijos, este es un momento especial, donde casi siempre hay choques, retrocesos, dificultades… y los padres que han decidido tener esa nueva relación, se preguntan si deberían dejar esta nueva relación o ignorar el comportamiento de sus hijos.

Lo primero que podemos entender, es que los hijos, de cualquier edad, siempre, SIEMPRE tienen en el fondo la esperanza oculta de que sus padres vuelvan a estar juntos y ser una “familia”, de eso se ha encargado la sociedad, las familias que ven a su alrededor, pero sobre todo, su deseo de tener a las personas que más ama, juntas, en el mismo lugar, entregándose amor entre ellas. Eso es inevitable, porque la familia es lo primero que les brinda a ellos protección y es apenas natural que ellos deseen sentirse totalmente protegidos y amados y no fragmentadamente protegidos y amados…
Lo que sucede es que entonces, algunas veces ellos parecen “aceptar” la separación de sus padres y estar tranquilos, pero esa aparente aceptación se viene al piso cuando ven que su última esperanza se ha perdido porque ya ha llegado un “intruso” o “intrusa” a la vida sentimental de sus padres… Ese es el primer choque que debe enfrentar un padre cuando inicia una relación de pareja con otra persona. ¿Qué hacer ante eso? Permitirles vivir nuevamente su duelo, que puede presentarse con retrocesos, es decir, que se haga chichí en la cama, que empeore en el colegio, que se ponga de mal genio, etc. Y hacerlo con mucha paciencia, recordando que es su duelo, una situación difícil e inesperada para ellos, porque su última opción ya no existe…
Como segundo paso, jamás, NUNCA! Forzar al hijo a aceptar y mucho menos “amar” a esa persona, puede ser que eso se tome mucho tiempo, y en ese caso debemos recordar la historia del zorro y el principito… “…- Hay que ser muy paciente – respondió el zorro. – Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca…” Podría asegurarte que al menos, lograrás que acepte a esa persona, solo con un poco de tiempo, de respeto por su espacio, por sus ideas, sus costumbres, etc. Claro que Pilas!!! Sin hipocresías y tampoco se trata de ceder ante las pataletas ni las manipulaciones… El papá o la mamá, deben estar atentos a dar su lugar a su hijo pero también a su nueva pareja, a tener momentos a solas con el hijo, pero también a alimentar la relación de pareja. Y es normal que sea víctima de manipulaciones y reclamos, pero esto, con paciencia, también pasará…
Paso siguiente, por favor, no le pidas que le diga “papá” o  “mamá”, si eso sucede, que sea iniciativa de tu hijo, porque la convivencia y la buena relación lo llevó a esto, pero no por presión y menos por temor.
Como recomendación adicional, te sugiero que revises bien la persona que vas a presentar a tu hijo como pareja, pues tampoco es fácil para ellos aceptar que cada mes sea una nueva persona, así como tampoco que sea una persona con la que ellos perciban que tu no eres feliz, pues para ellos ante todo, es importante tu felicidad y pueden detectar si lo estás siendo o no. Y como dice el dicho: “El que quiere el perro, quiere la chanda…” Tu jamás dejarás de ser padre o madre, si alguien te ama a ti, al menos estará dispuesto a aceptar a tu hijo como parte de tu vida y a entender que tienes momentos de ser padre o madre (eso incluye compartir algunos espacios con el otro padre de tu hijo!) y que no serás únicamente su pareja.
Y finalmente, creo que todos tenemos en nuestro imaginario la idea de lo que significa una “madrastra” o un “padrastro”, la primer idea de la de la malvada madrastra de blanca nieves o de todos los cuentos… así que ni lo intentes! Mejor elimina esa palabra de tu vida familiar, porque esa palabra apenas con escucharla, hace que la relación empiece a ser difícil y porque tu pareja no será el reemplazo de su mamá o papá.
Formar una nueva relación de pareja, es un reto del que puedes salir victorioso, todo depende de la paciencia y la seguridad que tengas y del amor que por encima de todo, le hagas sentir a tu hijo.

Un abrazo, 

LUZ NERY CORTÉS G. 
Educadora/terapeuta
Coordinadora Liceo Montessori Home&School