miércoles, 25 de mayo de 2016

PREGUNTAS DIFÍCILES!!!

Algunas mamás me han preguntado hace poco qué hacer cuando los niños y niñas hacen esas preguntas que las sonrojan o a las que no saben cómo responder... Y les prometí que escribiría inspirada en ellas (en realidad es muy sencillo y breve), ya que es muy común que nuestros chicos aparezcan con ellas y que no tengamos ni idea de qué hacer... 
Sin importar el tipo de pregunta, el centro de todo siempre es el mismo... papá y mamá no saben cómo o qué responder, y tampoco quieren quedarse sin decir nada. Ante esta situación, algunos eligen hacer casi una maestría en el tema de la pregunta para saber qué responder, otros responden lo primero que se les ocurre, otros la trasladan... "pregúntale a...", y en todos, todos, todos, queda la duda, ¿respondí bien o no a la pregunta?
Generalmente, las preguntas de los chicos se relacionan con: 
- Sexualidad 
- Muerte 
- Divorcios 
- Injusticias sociales 
- Sentimientos de las personas
- Sustancias psicoactivas 
- Temas espirituales 

Antes de dar ideas, quiero que comprendas que como padres nos conviene que sea a nosotros a quienes nos pregunten primero, pues con los niños y adolescentes aplica aquello de "El que pega primero, pega dos veces", es decir, tu vas a dar la primer respuesta y esa es la que más va a pesar en ellos, la que va a quedar grabada, y luego a partir de esa, van a modificar, agregar, quitar, etc., pero la primer respuesta es la que más vale. Así que agradece que la primer fuente de información seas tu y no los amigos, la televisión, internet, etc. 
Lo siguiente que te pido que tengas en cuenta, es que lo más malo es no decir nada! Se vale decir NO SE, voy a averiguar y te respondo, o ¿Qué tal si investigamos juntos?, pero intenta no quedarte callado!
Con respecto a la pregunta como tal, no podría darte respuestas exactas, pues cada uno es diferente y hay tantas posibilidades de preguntas como niños en el mundo, lo que si te daré es una pequeña guía de lo que deben contener: 
1. Cortas. Hay una regla de oro cuando te diriges a un niño y es que utilices pocas palabras, porque ellos, después de 15 segundos ya no atenderán tu respuesta, a no ser que les quede una duda o que quieran saber más sobre eso mismo. Organiza tu respuesta para que sea corta y entendible, no necesitas un tratado ni términos raros. 
2. Digeribles. No le des un plato de fríjoles a un recién nacido! Si tu hijo tiene 5 años y te pregunta de sexo, solo responde exactamente lo que te pregunta, no le des de más, no llegues hasta hablarle de coito y métodos de planificación, etc. Dale lo que necesita. Dale un dulce, no el paquete entero porque puede atrancarse. 
3. Honestas. Lo que sea que le digas, que sea verdad, porque ellos tienen sus propios medios de verificación. Si descubren que tu les has mentido, entonces perderás la credibilidad y es difícil de recuperar. 
4. Suficientes. Esto no va en contradicción con la idea de que sean cortas. Cuando te sugiero que sean suficientes, estoy hablando de que no queden dudas con respecto al tema específico. Es importante finalizar preguntando, ¿Entiendes? ¿Tienes otra duda?. El propósito es que no queden vacíos o cosas sin resolver.  
5. Deja el miedo y la prevención. No te vayas al extremo de pensar que tu hijo está preguntando sobre un tema porque está haciendo cosas terribles o ha visto algo impresionante. Por supuesto, después de responderle, pregúntale por qué hace la pregunta y entérate de lo que pasa, pero no muestres terror ni asombro, eso los previene y pueden sentir temor de preguntarte algo después. 

Como puedes ver, la tarea siempre es de papá y mamá, porque son y deben ser la voz cantante para sus hijos. Y, si tienes alguna pregunta en especial, no dudes en contarme y con todo gusto te ayudaré de manera personalizada. 

Un abrazo, 

LUZ NERY CORTÉS G. 
Coordinadora Liceo Montessori Home&School
Terapeuta/Maestra Reiki


miércoles, 18 de mayo de 2016

MAMÁ, TENGO MIEDO!!!

Una de las emociones o expresiones que se presentan en los niños es el miedo.
Los hay de muchas formas y tamaños; algunos temen a la oscuridad, a los relámpagos, otros a la soledad, a un animal, a un monstruo debajo de la cama y en fin... a una gran variedad de cosas y fenómenos. 
Los padres se preguntan el motivo de ese miedo e intentan a su mejor modo, ayudar a sus hijos a "superarlo" y quitarles el miedo, pero en realidad son pocas las veces que funciona y casi siempre pasa lo contrario y es que el miedo crece y crece o al menos, no abandona al chico o chica. 
Afortunadamente ya no estamos en la época de la chancleta, porque de lo contrario, haríamos lo que nuestros padres practicarían... "quitarle la pendejada" a punta de chancleta o de lanzarlo a vivir lo que más teme. Afortunadamente, somos padres más conscientes y entendemos que esto puede empeorar la situación y comprendemos que podemos buscar información y apoyo para avanzar. 

Creo que por ser un tema tan extenso y un poco desconocido, habría mucho por decir, sin embargo, en esta nota empezaré por lo más general y una parte de lo que significan los miedos. 
Antes que nada, reconozcamos que el miedo es generador de una gran cantidad de emociones nada positivas y que es en esencia el lado contrario al amor, es decir, si hay amor, no hay miedo. En palabras aplicadas al tema, podría resumirte que el miedo es la ausencia o falta de convicción que te da el amor, del amor nace la confianza, la fe, la certeza, la seguridad, y cuando hay miedo, es porque alguno de esos componentes falta. Ejemplo: El niño que tiene miedo a la oscuridad, teme que en la oscuridad pase algo, que se le aparezca algo, le tiene miedo a lo desconocido o no visible que hay en esa oscuridad, pero si su papá en quien confía mucho, está a su lado, ya no va a temer tanto, porque se siente seguro, protegido. En ese orden de ideas, lo primero que te propongo es: 
* Define cuál es específicamente el miedo de tu hijo y descubre cuál es la ausencia (confianza, compañía, etc)
Por otro lado y para que sigamos comprendiendo, no podemos confundir el miedo con la desconfianza o la duda por ejemplo, pues son situaciones diferentes. Un bebe de menos de un año de edad, que no quiere irse con un desconocido, no tiene miedo, tiene desconfianza! En conclusión, no siempre es miedo, sino una manifestación propia de la edad, y de acuerdo a la edad, pueden desconfiar, o no querer hacer algo, como cuando no quieren bañarse y no es por miedo sino por falta de ganas de. Así que, por favor revisa... 
* ¿La idea de que tiene "miedo" es tuya o de él/ella realmente? Él puede manifestarte que tiene miedo, pero tu puedes descubrir si es eso o no. 
Otra situación importante de revisar con el miedo, es la influencia que han ejercido papá o mamá para sentir esto. He escuchado niños que dicen: No salgo a la calle porque me podrían robar. Y al indagar con el niño, descubrimos que es papá quien ha estado repitiendo "No salgas a la calle porque pasa un loco y te roba!". Ante esto, por supuesto que el niño va a tener miedo de ser robado! Igual si le dice que un alimento le hace daño o que salir de noche lo resfría... Sucede que si le hace daño porque es un mandato de papá o mamá y su inconsciente lo acepta totalmente sin preguntar ni protestar. Todo aquello que esté en contexto de negatividad es temor. 
* ¿Cuáles mandatos de miedo le das a tu hijo/hija?
Después de descubrir la mayor cantidad de información con respecto al miedo de tu hijo, entonces pasemos a abordarlo... Ya definido, pídele que lo dibuje... Cómo sería ese miedo, de qué tamaño, de qué color, el motivo de esto es muy sencillo... cuando tu conoces algo, baja el temor, la incertidumbre. Y vas más profundo: 
* ¿Cómo es? ¿Qué lo pone grande? ¿Qué lo hace débil? ¿Qué lo hace tierno? etc...
Así podrás ayudarle a que lo maneje y deje de temerle. Si le teme a monstruos, es súper este ejercicio, porque incluso puedes convertir el monstruo en un amigo! 
Y por último en esta nota...
* Dale mucho de lo que le está faltando... mucha compañía, mucha seguridad, mucha tranquilidad, y jamás, jamás, jamás, los sometas a la fuerza ni al ridículo para manejar el miedo!

No te angusties, no creas que es para toda la vida, A fin de cuentas, ¿quién no ha llegado a sentir miedo alguna vez en su vida?

Un abrazo, 

LUZ NERY CORTÉS G. 
Coordinadora Liceo Montessori Home&School
Terapeuta/Maestra reiki

miércoles, 11 de mayo de 2016

ADOLESCENTE ÍNDIGO

Inicio esta entrada en mi blog con algo de preocupación y con la intención de ocuparme realmente, tomar acciones, para dejar de pensar en algo y definitivamente influir en que algo diferente pueda pasar. 
Si logro que al menos te quedes pensativo, entonces habré alcanzado mi propósito. 
Como siempre, te aclaro que esta es mi experiencia, si la tomas espero que te sirva, y sino, también. 
El tiempo ha pasado y aquellos niños y niñas que hacia el año 2000 nacieron con una energía índigo y cristal, hoy son adolescentes. Cuando estaba preparando el material audiovisual para el taller que realizaré en agosto sobre las vibraciones índigo, cristal, arcoiris y diamante, recordé varias entrevistas que hacia el año 2003 hice a algunos niños y madres en ese momento. 
Recuerdo que entrevisté a uno (jamás lo olvido!), que me preguntó: Si Dios hizo todo, ¿Quién hizo a Dios?, y me pidió que no le contara a su mamá porque podría confundirse la pobrecita! Y es que así de inteligentes son las preguntas de ellos... Ahora él tiene 20 años. Contó con el apoyo de su mamá, quien se interesó en el tema y buscó todas las formas posibles de ayudarlo a mantener la inquietud, las ganas de saber más, las ganas de transformar su mundo. Ella lo escuchaba, conversaba con él como si fuera un sabio encontrando sus respuestas, lo guiaba sin imponer, lo ayudó a encontrar la luz en él mismo. Este chico es hoy un universitario brillante, becado, estudia dos carreras profesionales a la vez, ha visitado sin mucho dinero, más de 10 países haciendo lo que cree que es su misión y se enfoca en ayudar al mundo, a la humanidad. Él lo logró porque tuvo el apoyo más importante, el de su madre que no se rindió y no cedió ante la presión del sistema educativo, de la sociedad, de las religiones, incluso de su propia familia, que le pedían que encajara o que tendría que ponerlo en tratamiento psiquiátrico. Cuando aun algunas veces encuentro a su mamá, en sus palabras, entiendo que ella "se la pilló!"
Y también recuerdo a otra... Absolutamente brillante!!! Aprendió a tocar violín sola! Solo vio a alguien tocando, lo observó y empezó a sacarle música a ese instrumento. Tenía 4 años. Hablar con ella producía una sensación indescriptible, como de grandeza, de asombro. Sus palabras siempre eran claras y muy profundas para su edad. La frase que me dijo y me dejó muda fue: "Si las personas supieran que tienen luz en ellas, no le temerían a la oscuridad, porque sabrían que la luz es más fuerte" Yo la escuché y me sentí como una tonta a su  lado, porque supe que yo misma le tenía miedo a la oscuridad! Hoy tiene 17 años... por desgracia, su mamá, su abuela, su tía, su bisabuela, no se la pillaron... Sintieron miedo, mucho miedo que esa pequeña genio que tenían en su casa, llegara a sentirse atraída por la oscuridad, que no encajara y entonces hicieron todo lo necesario para que ella estuviera en lo que ellas consideraban "luz" y dejara de hablar de oscuridad. Colegio religioso y bastante estricto, grupos religiosos, instrucción de miedo al infierno, normas de obediencia y "respeto" a los mayores, seguir las normas porque si y muchas otras cosas más a las que ella intentó (de verdad que lo intentó!!!) adaptarse, pero que no pudo...
Lo difícil no estuvo en sus primeros años, eso fue fácil!, sin embargo luego llegó la adolescencia... en cada conversación debatía, cada vez que oía de Dios, lo ponía en duda, cada vez que escuchaba de pecado, miedo, reaccionaba con agresividad... Ella se cansó de intentar encajar y terminó rebelándose ante todo lo que le significaba autoridad. El paso siguiente casi que podía adivinarse... sustancias psicoactivas, autoagresiones, deserción escolar aunque era buena estudiante. Y la relación con la familia cada vez más difícil... Hoy es madre adolescente, no tomó responsabilidad por su hija y sigue buscando en lugares inadecuados una respuesta al porqué las personas le temen a la oscuridad. La mamá me preguntaba: ¿Qué hago ahora? 

Y esa es la pregunta que ronda a los padres de adolescentes, que si con solo ser adolescente ya es algo complejo, entonces imagina cuando el chico o chica siente que es diferente y energéticamente no encaja con la vibración de nuestra sociedad de consumo, donde el ganador es el más fuerte, donde se compite por el tener, por una calificación, donde el primero es el que vale y tu autoestima es fuertemente atacada cada día... Nuestra sociedad no le brinda opciones a nuestros chicos índigo y cristal cuando llegan a su adolescencia! No hay lugar para ellos en la sociedad! Y ellos se desesperan... Papá y mamá preguntan entonces, ¿Qué hago ahora?
Y la respuesta es aún más compleja, pues resulta que los primeros que deben dar el paso somos nosotros, los padres. Tener un hijo índigo o cristal que llega a su adolescencia, es un reto gigante, es una invitación a dejar la idea antigua del poder, a estar en conexión con nuestra esencia, a vivir en coherencia, pues ellos son como aparatos de rayos X, y pueden detectar cualquier anomalía que tu intentes ofrecerle, y sencillamente no se la pasan!
Ejemplos tengo muchos, cada semana me rodeo con 35 adolescentes y es tan cierto lo que dicen... papá no es feliz en lo que hace, mamá no se siente bien consigo misma, lo único que quieren de mi es que sea el mejor, que siga el mismo patrón que la sociedad dice... Y el ser? Generalmente las familias no se enfocan en preguntarle: Y cómo te sentiste hoy en el colegio? Fuiste feliz? Le serviste a alguien? NOOOO, y no es porque seamos malos padres, es porque en muchos casos, la vibración de papá y mamá es diferente. 
La buena noticia, y al mismo tiempo tu misión, si deseas aceptarla es elevar tu nivel de vibración con ellos... seguramente ya sabes a qué me refiero, y si eres padre de un índigo o cristal, es porque tienes todas las herramientas para hacerlo, es porque estás listo para elevar tu vibración y dejar atrás el juicio, la búsqueda del tener, del poder, de la apariencia, de no ser feliz a costa de...
Si tu hijo aún no es adolescente, por favor, mira bien lo que estás sembrando en ellos, prepárate para el cambio, alista tus alas para que vueles a su lado, porque eso es lo que ellos necesitan. 
Tu adolescente índigo te está pidiendo que lo ames como es, que te acerques y te relaciones desde el amor, que le muestres desde tu experiencia el verdadero significado de la felicidad. 
Tu hijo adolescente índigo te está pidiendo a gritos que despiertes!!!

Con amor, 

LUZ NERY CORTÉS G. 
Coordinadora Liceo Montessori Home&School
Terapeuta/maestra reiki


miércoles, 4 de mayo de 2016

NIÑOS DESOBEDIENTES!!!

Los padres de todas generaciones se han esforzado en hacer que sus hijos sean buenos hijos, lo cual se traduce en responder bien, obedecer y seguir la norma. Sin embargo, es curioso que cuando le preguntamos ¿qué significa eso de obedecer?, entonces no saben definir bien. Muchos no se sienten bien con la idea real de pedir que sus hijos sigan instrucciones, pues al mismo tiempo quieren que sean líderes y que tengan su propia opinión y carácter. Otros, casi todos, esperan que sus hijos sean obedientes pero con ellos.
Me gusta contarles el significado de esa palabra mágica:
Obedecer: "Cumplir la voluntad de quien manda o lo que establece una ley o norma."
Así aparece en google.

¿En realidad quieres que tu hijo se adapte y se "trague" la idea de cumplir la voluntad de quien manda? No lo creo, y por si acaso es cierto, entonces déjame preguntarte si deseas que sea un adulto que solo siga la voluntad de otro... Realmente no lo creo! Porque la mayoría de los padres desearíamos que nuestros hijos sean sus propios jefes, que sigan su intuición, su voz interior, su corazón, que sean felices, que no traguen entero, que sepan expresar su idea, porque eso es muestra de liderazgo y eso lo deseamos todos para nuestros hijos. Así que tal vez la intención no es que obedezca, sino otra... 

Así que te voy a proponer algo corto y sencillo... enseñemos de responsabilidad más que de obediencia
Te cuento mis razones: 

1. Cuando cualquier ser humano aprende a ser responsable, entonces actúa más en consecuencia de lo que él mismo quiere o no quiere que suceda, y menos en temor a lo que otros digan o hagan. 
Me explico... si tu hijo comprende de manera responsable, la consecuencia de no bañarse, va a decidir hacerlo sin que tu se lo pidas, sin tener que obedecerte. Actuará porque es responsable consigo mismo y porque entiende la consecuencia, no por temor al "castigo". 
2. La adolescencia, esa etapa donde los chicos naturalmente no desean obedecer a sus padres, es terrible entre más insistan los padres con la obediencia. Si tu hijo (a) ha aprendido a ser responsable, va a ser mucho, creeme, muuuucho más sencillo. 
3. La obediencia genera ganas de liberarse, mientras que la responsabilidad no. Me sorprendo cuando llegan al Liceo algunos niños que vienen reprimidos y cansados de obedecer, porque ellos se sorprenden al ver que no tienen que obedecer! Claro, si deben ser consecuentes con sus actos y ser responsables, pero lo hacen sin temor porque saben que no hay sanción.

Y entonces, dirán, ¿cómo hago para que sea responsable? Y eso si que es una tarea grande para papá y mamá...
1. Elimina los castigos!!! No atemorices!
2. Fortalece las reflexiones. Cortas, sencillas, con ejemplos prácticos y extremos.
3. Mantener el amor por encima de todo! NO le quites el amor a tu hijo aun cuando estés muy molesto.
4. Se razonable!. Por un día que no coma todo el plato de comida, no pasará nada. Si es ya cotidiano, entonces explícale claramente por qué le pides algo, dale ejemplos sencillos, y escucha sus motivos. Y si se niega rotundamente sin dar ninguna explicación, hablale de las consecuencias, dejalo que decida y mantente firme en las consecuencias, naturales o un poco impuestas. Ejemplo: Te dará hambre y no podrás comer postre. La consecuencia natural es que le dará hambre, la impuesta es la ausencia de postre; mantente firme en la ausencia de postre y no lo hagas ver como un castigo.
5. Pregúntale: Qué crees que pasaría si... (si no te bañas, si rompes un vidrio, si le pegas al hermanito, si no te comes la comida...)
6. Dale opciones para elegir, no impongas una sola
7. Permítele que él mismo ponga opciones. ¿Qué propones tu? ¿Qué podemos hacer?
8. Establece acuerdos y consecuencias por no cumplirlos. Y mantente constante, la responsabilidad no se logra de un día a otro, puede tomarte meses, pero seguro que lo lograrás. 
9. Permítele que experimente las consecuencias de sus actos! No intentes evitarle el dolor ni la frustración, en su medida, ellos pueden afrontarlo y aprenderán de esto mucho más que de sermones.
10. Por encima de todo, recuerda que tus hijos tienen una vibración diferente, ellos son libres, vienen SIN MIEDO! (lo repito cada que puedo!), y por eso no quieren solo obedecer, solo seguir a alguien, porque no temen a nada. Ellos quieren razones propias y que tu llegues a las verdaderas razones.

Sembrar más responsabilidad y menos obediencia es una tarea larga, exige constancia, disciplina, amor y firmeza, tanto contigo mismo como con ellos, sin embargo, te aseguro que el resultado es fabuloso.
Puede ser difícil, a nuestra sociedad le encantan los obedientes, pero no podemos darnos el lujo de seguir el juego del poder y el temor, por nuestros hijos! ya es momento de ser conscientes, de despertar. Si lo haces, tendrás unos hermosos hijos conscientes, responsables, con un criterio propio impresionante y una inmensa capacidad para ser felices y respetuosos, porque cuando eres responsable, una consecuencia es el respeto a si mismos y a otros.

¿Te animas? Dale! Y si necesitas ayuda me cuentas!

Un abrazo, 

LUZ NERY CORTÉS G
Coordinadora Liceo Montessori Home&School
Terapeuta/Maestra Reiki