Creo que todos los adultos actuales (y niños también!) hemos escuchado la famosa frase del folklore materno colombiano… “Cuántos niños hay en el mundo que quisieran tener lo que usted tiene??? Agradezca mijo!!!” La verdad es que todos en algún momento también la escuchamos y nos cansamos de tener el plato de sopa frente a nosotros mientras escuchábamos lo mismo una y otra vez. Lo recuerdo como si fuera ayer!
Es una frase que muestra la frustración y el deseo de muchas madres de que sus hijos sean agradecidos con todos los beneficios o bendiciones que reciben en sus vidas. También es una verdad, que como padres deseamos que nuestros hijos valoren de corazón todo el esfuerzo que hacemos por ellos, pues no queremos que se acostumbren a ser niños y adolescentes que solo exigen y piensan que sus padres son como un cajero electrónicos de donde se saca todo el tiempo y el dinero y las cosas salen de allí como por arte de magia.
Entiendo la intención, sin embargo, le tengo una mala noticia: ESO NO FUNCIONA!
Funcionó contigo la “cantaleta” de agradecer? Si no funcionó, entonces ya sabes que difícilmente funcionará con tu hijo.
Eso no quiere decir que tengas que quedarte quieto o darte por vencido en el intento de lograr que sean agradecidos, pues de la mano de la gratitud, viene la solidaridad, el servicio, la compasión y muchas otras virtudes y valores que hacen de un ser humano, alguien grande en corazón.
Para brindarte un acompañamiento y apoyo específico, quiero compartirte esta semana algunos puntos a tener en cuenta para esta linda tarea:
1. Primero lo primero… ENTENDER! Qué? Que para los niños, hasta por lo menos los 9 años, la gratitud tiene que ver directamente con disfrutar, por eso cuando les das un regalo, no dicen “gracias”, sino que lo miran, sonríen y se van a jugar. Ellos piensan que así están agradeciendo y es casi obvio que se sienten agradecidos, así que no se trata de ingratitud ni descortesía, sino de su sentir. Si les preparas un suculento almuerzo, él no te dará las gracias verbales, pero se comerá todo, y tal vez dirá que está delicioso. Esas son expresiones de la gratitud.
2. Un dicho dice “una imagen vale más que mil palabras”. En este caso, te diré que una experiencia vale más que mil palabras. Permite que tu hijo viva la experiencia de estar en un lugar donde pueda compartir un tiempo con niños de su misma edad que no han tenido la oportunidad de tener muchas cosas, que en lo posible vivan en zonas vulnerables y que puedan descubrir por ellos mismos que estos niños son felices aunque no tienen todas sus comodidades. Esta experiencia es fabulosa! Si deseas una idea de lugar, puedes contactar a la fundación Líderes Constructores de Paz.
3. No se la pongas fácil. Cuando tu hijo te pida algo, pídele que haga algo a cambio. No está trabajando, pero aprenderá lo que significa hacer un esfuerzo para tener algo y le dará todo el valor porque le va a costar. Puede ser algo sencillo, sin embargo que sea algo adicional a lo que siempre hace.
4. No le des premios ni recompensas por lo que es su deber. Si la responsabilidad de tu hijo es hacer sus tareas, entonces no debes premiarlo por eso. Generalmente los hijos no premian a sus padres porque ellos van al trabajo…
5. Establece con él la diferencia entre “desear” y “necesitar”. Para que tengas una idea muy clara, tu no deseas respirar, tu necesitas respirar para vivir. Tu hijo no necesita el celular de última tecnología.
6. Como herramienta, te sugiero elaborar la “alcancía de la gratitud”. En el Liceo Montessori, hicimos el ejercicio de personalizar una alcancía donde cada día, el niño pone en lugar de monedas, un papelito con un motivo especial para agradecer hoy. La alcancía se abre al final del año, y se realiza la reflexión con el niño sobre todos los motivos que tuviste para agradecer y lo poco que en realidad necesitas. Es un reto para los padres, y una actividad muy linda para los niños.
Y en conclusión, papá, mamá, que tu hijo sea o no agradecido, es una tarea que toma tiempo, y que siempre deja sus buenos frutos, no desfallezcas porque como dice otro dicho: “El corazón agradecido, se lleva lo que está escondido!”
Con amor,
LUZ NERY CORTÉS G.
Coordinadora liceo Montessori Home &School
facilitadora/Educadora/maestra reiki
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